lunes, 20 de abril de 2015

Rescates a la carta

   Ha sido la noticia de las últimas semanas. La muerte de dos espeleólogos en Marruecos ha levantado mucha polémica, quizás demasiada. El dolor de las familias es algo que solo puede comprender el que lo sufre, pero el circo mediático que se ha montado alrededor ha superado las expectativas de los más morbosos. A las típicas entrevistas capciosas, se ha juntado el desconocimiento y la sensiblería barata. Vaya por delante que esto no es un tema político ni lo vamos a enfocar como tal, como se ha hecho desde muchos medios*, sino de sentido común. Y es que nos estamos acostumbrando a exigir rescates a la carta, como si fuera una obligación tanto del país de origen como del que acoge.
   Como habremos oído miles de veces a los expertos alpinistas, los accidentes se evitan minimizando los riesgos. A mayor exposición al peligro, más riesgo de que ocurra una desgracia. Lógicamente, esto es algo inherente a la propia actividad realizada y, si somos conscientes de ello, seremos consecuentes con lo que nos pueda ocurrir. Sin embargo, la mayoría de las veces, no somos conscientes de a dónde vamos. Marruecos es un país maravilloso, pero tiene muchas carencias en cuanto a infraestructuras y a formación. Tristemente, si existe un país en el que puedan ocurrir el tipo de "charlotadas" que discurrieron durante el rescate que tuvo lugar con los espeleólogos, ese es Marruecos. Nos podrá sentar mejor o peor, pero esto es así y hay que aceptarlo como tal. 
   Después viene el tema de si el país originario tiene que tomar cartas en el asunto, de que si el perro ladra o si la abuela fuma. Si cada vez que salimos a hacer actividades de ocio al extranjero y tenemos un accidente, tienen que venir los rescatadores españoles a por nosotros, apaga y vámonos. Otra cosa es que se haga lo posible por mediar y facilitar, pero es imposible e ilógico que se esté presente en Perú, China o Marruecos. 
   Llegado este punto, me vienen a la mente los numerosos montañeros muertos en el Himalaya y se me hace impensable que cualquier voz reclamase algo a su país de origen, porque ellos saben a lo que van. Y si queremos que se nos rescate con total garantías en todo el mundo, apostemos por el desarrollo de los países más pobres. Tristemente, al final es una cuestión de recursos y cuando el que te tiene que rescatar no posee las herramientas ni los conocimientos adecuados, solo queda esperar un golpe de suerte. El que no tuvieron los dos espeléologos fallecidos.
*Como ejemplo, la lamentable entrevista en El Larguero de la Cadena SER.



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