martes, 22 de abril de 2014

Bajo los cielos de Asia

Iñaki Ochoa de Olza, "Bajo los cielos de Asia", pág 200:

"Por alguna razón que no alcanzo a comprender a pesar de mis intentos, existe la creencia más o menos generalizada de que los alpinistas, y más concretamente los escaladores del Himalaya, somos gentes diferentes, de otra pasta, especiales. Seres dotados de un aura mítica que los pobres mortales jamás podrán soñar poseer. Siempre se repite esa idea, además, dando a entender que esas características hacen que el personaje en cuestión sea mejor que los demás. Mejores personas, mejores atletas, mejores hombres y mujeres, mejores que el resto, esos pobres seres que llevan vidas normales.
No lo entiendo. Y además sé por experiencia que no es así. Los hombres y mujeres que van al Himalaya son iguales que los que no lo hacen. Tan buenos y tan malos, tan egoístas o altruistas, tan motivados y tan hastiados como cualquiera. Somos tan apasionados como cualquier otra persona apasionada. (...) Algunos buscamos aventuras y autoconocimiento, otros hacer ejercicio o quizás autoafirmarse. Otros no soportan más su vida en casa y quieren escapar, hay quien no puede vivir sin la fama e incluso alguno lo hace por dinero. (...) Y no todos eran tan honestos, generosos, motivados, amigables o bienintencionados como se suele hacer creer en la literatura barata, esa que emplea a menudo términos como conquista, ataque a la cumbre, éxito, camarada, gloria."


No hay comentarios:

Publicar un comentario