La foto de Simone Moro habla por sí sola. La caravana de personas que son literalmente "subidas" al Everest está desvirtuando la ascensión a la montaña más alta del planeta. Problemas de basura acumulada, de masificaciones que dificultan la práctica profesional e, incluso, de robos (como el acaecido recientemente a Ferran Latorre), inciden aún más en esta pérdida de prestigio. Nos encontramos ante un problema en el que los intereses comerciales chocan de frente con el buen hacer montañero. Una auténtica pena.
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